Tuesday, May 19, 2009

La paciencia

Estos días han estado salpicados de muchos contrastes, como ha venido dándose unos 3 meses para acá.


 

Ayer un amigo electrónico me compartió un vídeo que espero encontrar la manera de subir al blog para que lo vean. Me estremeció ver cómo un hombre, sin sus extremidades, me dio una lección. Cómo el levantarse físicamente del piso puede significar tanto para una persona, mientras yo, a diario, lo hago ya de forma tan inconsciente, que no me doy cuenta de la trascendencia que ello tiene. Me dejó también muy claro: no se vale quejarse cuando lo tengo todo.


 

Todo… realmente todo para salir adelante. Platicaba con este mismo amigo que con los proyectos que traigo trabajando en el ámbito profesional y personal, la lección más importante que he tenido que estar aprendiendo (porque aún no termino de ejercerla), es la de la paciencia. Me sigo desesperando cuando las cosas no salen cuando y como yo quiero. Eso es terrible. Me falta mucho por aprender, por entender que, a fin de cuentas, tarde que temprano, el Universo y El que ha puesto TODO en Él, encajarán para que lo que necesito sea puesto frente a mí, en tiempo y forma como Ellos saben que lo necesito… y no cuando y cuando lo quiero.

Buscando en un diccionario lo que la paciencia significa, me encuentro también con una definición muy buena: la paciencia es la perseverancia en la esperanza, cuyo opuesto es la ira. Y vuelvo a lo mismo: como marcial, el camino por recorrer aún es infinito… pero nunca interminable. Parafraseando a Santo Tomás de Aquino: la esperanza es una virtud infusa que capacita al hombre para tener confianza y plena certeza de conseguir la vida eterna y los medios, tanto sobrenaturales como naturales, necesarios para llegar a ella con ayuda de Dios… es lo único que debiera importarme. Lo más difícil en este paso terrenal, ya me sucedió.


 

Un beso.