Sigue saliendo

El dolor se lleva muy dentro, pero cuando es tanto, necesita fluir, salir. Me llama mucho la atención lo que observo, en estos días en los que recién falleció mi tía tan amada.
La familia no llora, no se desahoga como yo. En efecto, no todos somos iguales. He aprendido a dejar salir, a dejar fluir. No significa que hay que hacer espectáculo, andar por las esquinas de la casa y en la calle anunciando ese dolor, pero sí creo que es necesario dejar que el cuerpo explote de vez en cuando para que ese dolor no se convierta después en enfermedad, resentimiento, desquite... u otra cosa peor.
ayer me desahogué en mi casa. Viendo aquella cinta de Otoño en Nueva York, encontré lo que necesitaba para simplemente empezar. Y se me fue la mañana en ello, bendito Dios.
Las que me preocupan son Loli y mi mamá. No sé, cada una en sus propias necesidades y momentos seguramente están fraguando las penas, confío en ue Dios les brinde los instrumentos que necesiten para que lo logren.
Tener a mi madre conmigo ha sido una bendición. Agradezco a Dios infinitamente por ello.
También a Él encomiendo mi espíritu.

Clementina

Falleció el pasado jueves 16.

Insisto en que fue negligencia, pero no haré nada al respecto. Lo comenté con 2 personas que me piden que no lo haga por el bien de la familia... ¿cuál familia?

En fin, fue una lección de valor y amor profundo lo que hizo. Cuando se detectó el tumor, ni dudó en someterse a la operación, con una entereza que a muchos dejó "helados". "No tengo miedo", dijo más de una vez. Prefiero arriesgarme a todo que vivir en el dolor. ¡Bien!, a eso es a lo que yo llamo una conciencia desarrollada, una conciencia instalada en sí misma, en lo que es mejor para ella.

18 días vivió la experiencia, sin dolor, sin sufrimiento. Y Dios debe amarla profundamente, le concedió el capricho que todos quisiéramos para morir: sin sufrir y rapidito.

Un beso, te amo.

Ya tenía rato de no escribir.
Entre la chamba, el terminar de reponerme, mi tía enferma y demás no faltan pretextos.

en los últmos días me he sentido bastante repuesto. Estoy comiendo mejor, m siento más tranquilo y creo que todo está saliendo bien, muy bien.

¿Qué aprendí?
Muchas cosas, entre ellas a valorar más la vida, el sol, la lluvia, la comida, a mis hermanos, a mi madre. Por ahí ya había comentado algo al respecto.

También he aprendido a valorarme más a mí mismo, a estra más conmigo, a escucharme y a consentirme. A estar en paz, sobre todo eso, a estar en paz, conmigo mismo, en mí mismo.

Estoy haciendo ejercicios de relajación, retomando el material de Arturo. Justo unos días antes del asalto había iniciado. Lo retomo con mucha seriedad, como parte de lo que me ha permitido encontrar el alivio, el consuelo en todo esto.

En estos días me enfrento a mi sombra... veremos que sucede.