Domingo

Llueve poco el día de hoy, aunque se respira frío, seguramente debido al hielo de la granizada que se vio caer hacia la zona de Chapultepec. Me siento raro, con cierto nervio.

 

Se dan muchos remolinos en mi mente. No encuentro la manera de aplacarlos. ¿Será que debo…o mejor no?

Ayer platiqué en esa fiesta con mi gran amiga, largo rato como hacía mucho no hacíamos. Somos diferentes, somos casi bichos, por algo muy sencillo para nosotros, muy normal y necesario: no nos hemos quedado con lo que nos han enseñado. Hemos salido a buscar, a cuestionar porqué las cosas son así y no de otra manera. Hemos buscado caminos poco conocidos para ser mejores, crecer y madurar. Hemos roto los esquemas (y vaya que sí). Hemos buscado ayuda.

Ha traído consecuencias esta manera de actuar. Al buscar nuevos paradigmas, nos hemos enfrentado a los patones tradicionales. El no sentir celos se concibe como aberrante. ¿Cómo puede ser que no me den celos? No lo pueden creer. ¿Cómo es posible que no esté llevando agenda de las llamadas, de los lugares en los que está la demás gente, de los minutos que me tardo en contestar un mensaje?, ¿Cómo es posible que no quiera revisar el celular para asegurarme que no "me engaña"?

Pero qué digo, si a ella hasta amenazas de muerte recibe porque "no afloja".

En fin, lo importante es darse cuenta y voltear la hoja a tiempo… antes que la hoja nos de vuelta a nosotros.

 

Como siempre, valdrá la pena.