Este fin de semana, del 01 y 02 de mayo, fue pleno de experiencias, llenas de amor.
El sábado que vi a Jorge y que me platicó que ya está preparando su propio espacio cerca de su trabajo, me dio mucho gusto. Ver que trabaja en la construcción de sus propias experiencias hace que cambie mi perspectiva respecto a Él. Qué bueno.
Me dio mucho gusto también platicarle sobre las mías. Estar en Querétaro, también en mi propio espacio, me ha ayudado a hacer algo que al principio, no sabía qué era: escucharme a mí mismo, permitirle a mi voz interior salir y ser escuchada. Ha sido parte de mi propio crecimiento, de mi propia maravilla de ser y estar. Escucharme me está permitiendo hacer lo que tanto se me ha recomendado: observarme, observar y hacerme consciente del efecto que tiene sobre mí en primer instancia, el escucharme en sí, además del efecto que tiene lo que me rodea sobre mí, para reflexionar y crecer hacia arriba, no hacia delante.
Estoy pleno de amor. Dios, ¿porqué somos tan reacios a ser y estar, simplemente, en condición amorosa? Es tan fácil…
También ayer le entregué a mi mamá la tarjeta nueva de los vales de despensa que a partir de esta quincena me dan en la universidad en la que trabajo. Dios, cuánto agradecimiento. Estoy con el sentimiento a flor de piel. Hace mucho que no hacía algo especial por ella. Agradezco a Dios con todo mi ser el darme la oportunidad.
Gracias. He sido escuchado.
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