¿Porqué necesitamos que se dé un sisma en nuestras vidas, para disolver aquello que nos hace daño?
Es algo que me he preguntado mil veces, ya que yo mismo lo hago. Necesita pasarme algo fuerte para doblar la esquina y voltear a ver lo que vengo haciendo.
Lo bueno de todo esto es darnos la oportunidad de aprender, de dejar de hacer lo que estábamos haciendo y experimentar, experimentar y volver a experimentar.
Este fin de semana me dediqué a ello y es reconfortante poder reflexionar ahora sobre eso, sobre lo que me deja, siempre bueno, siempre constructivo y edificante, para que a la larga, pueda ser un mejor hombre.
El sábado me rendí ante el viaje a Querétaro. Hace mucho que no veía el campo tan hermoso, tan verde, tan campo en sí mismo. Pocas garzas, pocos patos, pero muchas aves. Llegué a casa y me rendí en mi cama, muy cómoda como siempre, me envolvía con su tibieza, dormí profundamente.
El domingo hice instalaciones, cómo no, si soy marcial, no podía dejar pasar media mañana sin hacer cosas con el taladro y las herramientas. Quedaron bien los aditamentos de betterware para las bolsas de basura. Después de comer regresé a hacer esas reflexiones de la primera sesión de terapia semiológica.
Concluí cosas muy importantes:
- Es por amor a mí mismo, no por egoísmo, el que quiera ir por lo que yo quiero. Tengo el derecho. Tengo la libertad. Sería un desperdicio no ejercerla.
- Si no logro tenerme ese nivel de amor propio, no podré amar a los demás. Eso que confundo ahora con amor es apego, es dependencia, es… otra cosa, no amor.
- Es deshacerme y desasirme de mis huellas de abandono. Ni me ha dejado nadie ni he dejado a nadie. Soy ahora y Estoy aquí y de mí depende seguir así.
- Soy hijo y mi rol ahí es ejercer la libertad que se me ha conferido para vivirlo con responsabilidad, amándome y amando.
- Soy hermano y mi rol ahí es ejercer esa misma libertad y respetar la libertad de los demás, sin la obligación de cubrir las carencias ajenas.
No fue nada desgastante, al contrario. Esto me satisface de energía para seguir adelante, mi esencia marcial florece. Me siento libre de ejercer mi libertad para desarrollar proyectos productivos en convivencia con mi hermana (por ejemplo), no disuelvo ni excluyo, solo respeto y pongo límites.
Siento que despego…
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