Saturday, January 17, 2009

¡¡Qué semana!!

Este fin de semana, al menos hasta esta hora del sábado (casi media noche), ha sido un remolino de emociones.


 

Todo empezó el miércoles en el estudio de Joaquín. Qué agradable sesión: fotos, charla, comida… en fin, muy bien, muy reconfortante. El detalle de sentarse y dedicar toda su atención sobre lo que conté sobre Alejandro y lo que estoy sintiendo, pudo dejarme helado. Muchas gracias. Ahora justamente estoy viendo las fotos y de entrada me maravillan, es sensacional… esto me ayuda a sostener la creencia de que este proyecto me ayudará a lograr lo que quiero. Espero darme unos minutos el lunes para disfrutarlas mejor y charlar con Joaquín sobre las mismas. Estoy muy agradecido.


 

Jueves y viernes pasé dos noches muy distintas entre sí. La del jueves fue tormentosa en mi interior, en la espera de que mi hermana entrara al quirófano el viernes temprano… además que me inquietó muchísimo el nefasto detalle que tuve justo antes de arroparnos. En fin, a fin de cuentas, buscando siempre las ventajas de las desventajas, pude ver que las cosas van bien y significo algo. No lo volveré a hacer. De verdad que una palabra puede herir más que la peor arma. La del viernes por el contrario, con ese frío y la lluvia copiosa escuchándose por la ventana, tras una sesión de un amor tan sencillo, me abrió las puertas del cielo. ¿Quién dijo que Dios no existe?


 

Me da mucho gusto encontrar mi esencia, empezar a tocarla, a sentirla y descubrir que existe y que puedo, a pesar de todo, ser feliz. Me ha rozado el sentimiento como hace mucho no lo hacía y, lo mejor de todo, es que no lo he reprimido, ocultado, callado. El viernes que estuve en el bazar… caray, de verdad que he vivido en una burbuja y lo peor, es que ha sido una burbuja opaca. Asomarme ese instante a ver lo que realmente importa de la vida me hace cambiar. Esas son las cosas que me ayudarán a ser una mejor persona, un mejor hombre y merecer, aunque en el fondo no merezco nada, lo que tengo, que siempre ha sido tanto. Y qué digo merecer: agradecer por tanto. Una bolsa de pan significa tanto para una persona, mientras yo he tirado pan, comida, dinero, inteligencia, tiempo y muchos etcéteras a manos llenas. Agradezco a Dios darme la oportunidad de entenderlo.


 

Esto también me hace ver que a fin de cuentas, ser un mejor hombre es una oportunidad para encontrarme con mejores personas. Siempre tuve miedo y me perdí de muchas cosas. Todo es cuestión de darse la oportunidad.


 

Dulces sueños.

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